domingo, febrero 28, 2010



Una respiración contenida...

La piel se eriza protegiendome del frío.

Sábanas blancas.



El sol de la mañana traspasa el cristal de la ventana, proyectándose sobre su cuerpo. Las cortinas danzan, juguetonas, impidiendo que la brisa llegue hasta donde me encuentro. Observo la escena sentada en una esquina de la habitación, en un sofá desgastado que se pega a mi piel. Él está durmiendo, con las sábanas enroscadas en sus tobillos atrapándole en un camino de sueños. Sueños que quizás son más dulces que la realidad, pues una sonrisa se dibuja en su boca al compás de la respiración.


Al otro lado de la ventana varios árboles se sacuden el rocío, y el cielo, azul cobalto, sin apenas nubes, refleja un mar cansado de tempestades.


Un viejo reloj de pared pone ritmo a la escena.


Tengo frío, pero no quiero moverme. Quiero congelar este momento.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

La realidad es más dulce que un sueño, esa sonrisa en su boca es porque sueña con ella, nada mejor que despertar y ver su rostro y ver que todo es verdad, que los sueños se cumplen, y que a veces la realidad es mucho más dulce que un sueño…quiero despertarme y poder acariciarla, sentir el roce de su piel y no separarme de su lado nunca…gracias por escribir relatos que nos hacen ser más felices.

Anónimo dijo...

tus relatos son increibles...
por favor, no dejes nunca de escribir.